Nota del Editor: Roger A. Roffman es profesor retirado de trabajo social en la Universidad de Washington, patrocinador del I-502, y autor del libro “A Marijuana Memoir”.
(CNN MEXICO)
La medida histórica que regula y legisla a la marihuana en el estado de Washington merece una revisión a profundad como ejemplo de una iniciativa que debería ser diseñada e implementada en el resto de Estados Unidos.
Le hemos dado la vuelta a una página importante de la prohibición criminal de la marihuana con la aprobación de la Iniciativa 502, que propone una verdadera alternativa de salud pública.
Por primera vez desde hace mucho tiempo, las bien intencionadas pero fallidas penalidades criminales para proteger la salud pública y la seguridad se harán a un lado.
Los adultos que elijan usar la marihuana y la obtengan en lugares legales ya no se enfrentarán con la amenaza de sanciones criminales. La gente de color ya no se enfrentará con las injusticias atroces de la imposición de las penalizaciones criminales. Los padres, mientras ayudan a preparar a sus hijos para las elecciones que se enfrentarán con respecto a la marihuana, ya no se tropezarán con la mala información de la droga y la ausencia de programas efectivos para apoyar la abstinencia.
“El gran experimento” de la prohibición del alcohol se convirtió en ley nacional en 1920. Sus intenciones fueron buenas, pero falló en varias maneras importantes. En 1923, el estado de Nueva York la rechazó. Poco después, otros diez estados le siguieron, y en 1933 terminó la restricción nacional.
Creo que el estado de Washington ha sido el protagonista en el asunto de la marihuana. Mejor aún, toma prestados los principios del modelo de salud pública que ya se sabe que son efectivos, ha ofrecido una alternativa más completa a la prohibición hasta ahora.
¿Qué es un modelo de salud pública?
En resumen, es un acercamiento que reconoce que el uso de la marihuana puede presentar daños al usuario y a la seguridad de los ciudadanos, e incluye medidas para prevenir o aminorar los efectos.
El esquema incluye seis elementos clave. La nueva ley del estado de Washington incorpora cada uno de ellos.
El primero es revisado por una agencia del gobierno. El modelo de legalización del estado de Washington le asigna la responsabilidad a una filial del Estado encargada de escribir regulaciones con respecto a cómo ocurrirá el crecimiento, la producción y la venta de la marihuana. Entre ellas se desarrollan fuertes limitaciones de publicidad y de prevención del acceso a la marihuana a menores de edad. Después, vendrá la facultad para hacer licencias a los cultivadores, productores y vendedores y para promover el apego a las reglas.
El segundo elemento es un programa de educación bien fundamentado y multifacético que se basa en la ciencia más que en la ideología. Muy pocos estadounidenses están lo suficientemente informados acerca de los efectos en la salud y el comportamiento por causa de la marihuana, tanto positivos como negativos. Una clave para tomar buenas decisiones es tener una base adecuada.
El tercer elemento es que los programas estén disponibles para todas las comunidades geográficas y demográficas del estado. Hemos aprendido muchísimo acerca de que el conocimiento, la habilidad y los apoyos a la comunidad realmente funcionan para que los jóvenes naveguen en un mundo en el que drogas como la marihuana son accesibles. Tristemente, solo una pequeña parte de la inversión se ha dedicado a trabajar en los grupos sociales.
Un cuarto elemento es hacer que el tratamiento para la dependencia a la droga sea útil. La nueva ley dispone de un fondo para establecer una Línea de Ayuda en todo el estado. También asigna un capital para que los gobiernos estatales, los condados y locales ofrezcan servicios para los que necesiten ayuda.
La evaluación del impacto de la nueva ley es el quinto elemento. Una agencia independiente del Estado recibirá apoyos para hacer asesoramientos periódicos de cómo el nuevo sistema afectará a los comportamientos, las actitudes y el conocimiento. Los descubrimientos de esos estudios de evaluación servirán para ajustar el precio y los impuestos de la marihuana y evitar que venda más barata en el mercado negro y parar el acceso ilegal de la marihuana a los jóvenes.
El sexto elemento es la investigación. La nueva ley asigna fondos a las dos mejores universidades del estado con el propósito de hacer estudios enfocados a la marihuana. Mientras que gradualmente aprendemos cómo vivir más sanamente con el acceso a la droga, el conocimiento derivado de los estudios formará la educación, prevención, tratamiento y refinamientos en la ley.
En más de 40 años de búsqueda (principalmente de las intervenciones de consejos de dependencia sobre la marihuana para adultos y adolescentes) me parece que la prohibición afecta más de lo que ayuda en la toma de decisiones. Muchos adolescentes piensan que el fumar "no es para tanto", subestiman el riesgo de ser excluidos de la esfera social, el daño psicológico y educativo. Gran parte de los adultos no toman tan en serio el riesgo de la dependencia que acompaña al uso frecuente.
Podemos hacerlo mejor. La regulación y los impuestos a la marihuana basados en los principales objetivos de salud, provocarán un cambio sustancial en nuestras normas culturales y la preocupación al respecto será menor.
Las opiniones recogidas en este texto pertenecen exclusivamente a Roger A. Roffman.
Fuente: CNN Mexico