Vivimos momentos convulsos. El descontento con los partidos políticos tradicionales sigue y sigue creciendo. Los casos de corrupción siguen apareciendo y son de todos los colores. Y lo peor es que entre ellos se cubren las espaldas. Ya es hora de apoyar políticas sociales y económicas diferentes.
Aquí en Navarra el gobierno de UPN no esta libre sospecha y PSN tampoco. De hecho no hay ni un solo partido con representación en la cámara foral que este exento de sospecha. Y sin embargo, ahí están todos tan sonrientes como siempre, sin dar explicaciones, sin dimitir.
Son estos partidos que ahora, por vergüenza después de salir en los medios de comunicación de ámbito nacional (no olvidemos este pequeño pero importante detalle, en Navarra se sabía y les daba igual), van a devolver el dinero cobrado por unas dietas ‘que huelen mal’ y eso que no son de Mediterránea Catering. Son esos partidos que han hipotecado el futuro de Navarra en inversiones ruinosas (o negocios, según como se miren) que arrastran continuas perdidas o multiplicarán su coste por peajes en la sombra.
Son estos mismos partidos que se rascan la espalda entre ellos en actos públicos en hoteles de cinco estrellas, los que niegan que el cannabis sea una oportunidad para suavizar la crisis.
Resulta repugnante la hipocresía moral de la que hacen gala estos dirigentes. Falsos, mentirosos, cobardes que cobran pluses por ‘responsabilidad’ y no se responsabilizan de su mala gestión.
Hacen oídos sordos a las evidencias y siguen anclados en un pasado basado en preceptos ya desmentidos. Ni una sobredosis por cannabis, ni un solo cáncer provocado por los principios psicoactivos de la planta. Si existieran casos de cáncer producidos por el cannabis los habrían mostrado hace años, igual que pulmones con enfisema, o cerebros agujereados por el uso de la marihuana.
No nos vamos a engañar, fumar es, de hecho, la peor de las maneras de consumir cannabis, aunque es la más extendida, y, por supuesto, se ha de consumir con moderación. ¿Y no por ello sería mejor una regularización de la marihuana? Educar desde pequeños, prevenir riesgos y dar seguridad al consumidor, control y calidad a la sustancia y normativas al cultivador, que saldría de la clandestinidad para entrar en el mercado laboral legal con todo lo que ello significa, sería un gran paso adelante potenciar la agricultura y para reducir tanto la criminalidad como el número de mafias que controlan un dinero negro que, dicho sea de paso, nos vendría muy bien.
La prohibición facilita dar el paso a las drogas duras. Si, es así, es raro pero es así. Es el mismo ‘conocido que te pasa la yerba’ el que tiene otras drogas a tu disposición. Spiz, coca o anfetaminas suelen compartir carta en la esquina turbia de lo viejo. Ya hay muchos países donde se ha demostrado que la legalización de la marihuana no hace aumentar el número de consumidores de cannabis, ni hace aumentar el uso de drogas duras (de hecho lo reduce, Holanda tiene la media de edad más alta en el inicio de consumo de drogas y uno de los indices de consumo más bajo en general). Es más, este alcoholismo juvenil de fin de semana que tanto nos empieza a preocupar descendería considerablemente. Y con ello, las peleas de bares, las agresiones y la violencia sexista, bajaría la agresividad en general y en todos los ámbitos .
Es momento de cambiar la política social y económica que nos lleva una y otra vez a caer en errores mil veces cometidos. Es el momento de utilizar otra vez esta oportunidad que nos brinda la naturaleza de cambiar de mentalidad a nivel político, de dejar de lado este afán prohibicionista que solo favorece el mercado negro y gasta dinero en una lucha antidroga contra una sustancia natural.
Es hora de un cambio en toda regla.
¡Viva María, Gora Maria!
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