Los Clubes Sociales de Cannabis son asociaciones que se auto
abastecen y distribuyen Cannabis entre sus propios socios, todos mayores de
edad y en un ámbito privado, sin alcanzar a terceras personas, reduciendo los
riesgos asociados al mercado negro y al uso del Cannabis y de esta manera
participando activamente en la mejora de la sociedad.
Del numeroso elenco de
asociaciones y colectivos cannábicos que están naciendo y nacerán en nuestro
entorno, muchas de ellas toman la forma de Clubes Sociales de Cannabis.
Estos nuevos clubes requieren un funcionamiento y un control mucho más sensible
dado que trabajan con una sustancia ilícita generando una actividad económica.
Contar con un CSC significa que dicha asociación cuenta con un cultivo
colectivo de marihuana creado con el fin de abastecer a sus socios de una
manera continua y eficaz.
Las características generales
que debe cumplir cualquier Club Social de Cannabis adherido a la FAC están
estrictamente definidas y planteadas. En estas agrupaciones, se abastece en
círculos cerrados y sin ánimo de lucro a usuarios de cannabis mayores de edad o
con enfermedades para las que el cannabis se considera beneficioso. Con todo
ello, y considerando la legislación vigente, definimos unos criterios mínimos
de funcionamiento:
- Toda asociación federada está oficialmente registrada como asociación, pudiéndose demostrar que se desarrolla una actividad asociativa.
- Los participantes de los Clubes Sociales de Cannabis son usuarios mayores de edad que consumían previamente o con enfermedades para las que la Asociación Internacional por el Cannabis como Medicamento (AICM) considera el Cannabis beneficioso.
- En ningún caso ninguna de las asociaciones federadas hace difusión de Cannabis a personas no pertenecientes a la asociación.
- Los participantes realizan un acuerdo colectivo de auto cultivo compartido de forma que las cantidades correspondan a una previsión de consumo del colectivo, considerando la cantidad de Cannabis que consume individualmente cada usuario.
- Se establece un límite superior de consumo por usuario en torno a 60 gramos por persona al mes, que puede no aplicarse en casos excepcionales.
- No existe ánimo de lucro.
- La asociación producirá por sí misma el Cannabis destinado a las personas socias, sin recurrir al mercado negro.
Los CSC realizan una gestión transparente tanto de sus
cultivos como de los recursos económicos que generan. Para ello deben llevar
una contabilidad exhaustiva de sus movimientos económicos y un registro
actualizado de la forma en que gestionan sus cultivos y distribuyen el producto
de los mismos.
Los CSC son autónomos en su funcionamiento, no manteniendo
dependencia económica ni funcional respecto de ninguna entidad mercantil,
política, religiosa o de otro tipo.
Los Clubes Sociales de Cannabis tienen un carácter
democrático, con un mecanismo de toma de decisiones basado en el principio de
“una persona, un voto”. Aún cuando existen otros órganos con capacidad para la
toma de decisiones, el órgano supremo de gobierno de un CSC debe ser la
asamblea general de personas socias, que tiene la última palabra en cualquier
cuestión relativa al funcionamiento del mismo. Cuando sea inviable físicamente
la celebración de asambleas, se garantizará que los mecanismos utilizados
(compromisarios, plebiscitos, etc.) respetan el principio del sufragio
universal. No existirán cargos vitalicios ni equivalentes.
Todas estas condiciones han
sido auto impuestas ya que los límites de actuación siguen sin estar definidos.
Desde dentro de la FAC seguimos en el camino de exigir una regulación clara del
auto cultivo individual y colectivo, incluyendo las actividades de los CSC, de
forma que se sepa con claridad cuáles son los requisitos a cumplir y los
límites a respetar, así como el establecimiento de mecanismos de control
preventivos que permitan fiscalizar la actividad de los CSC sin necesidad de
recurrir a operaciones policiales que pisotean los derechos y libertades de un
buen número de personas, a la vez que suponen un coste innecesario para el
erario público. Hasta el momento en el que una cierta regulación nos venga
dada, nuestra Federación, y todos las agrupaciones adheridas, seguimos en el
camino de la auto-regulación como única vía para seguir avanzando.
La FAC considera que junto con
una mayoría de CSC que respetan los límites de la legalidad vigente, existen
otros que, tras la fachada de una asociación, llevan a cabo actividades que van
más allá de lo legal, entrando en ocasiones en conflicto con el modelo
asociativo que propugnamos. Es por ello, que pretendemos dejar claro que
cualquier colectivo adherido a esta Federación cumple con una serie de
requisitos claros, concretos y específicos en cuanto al funcionamiento interno,
económico y jurídico siguiendo una línea legal establecida de la que no se
puede desviar.
La viabilidad de los Clubes
Sociales de Cannabis queda demostrada con la experiencia de más de diez años de
asociaciones pertenecientes a la FAC y en particular por el auto de
archivo de la causa contra la asociación Pannagh del año 2006 y la sentencia
absolutoria del Presidente de Ganjazz Art
Club (Gipuzkoa) en 2009, que avala la dinámica asociativa de
este tipo de iniciativas. Con el apoyo de las Instituciones, este modelo podría
reducir los principales problemas asociados a las drogas; disminuiría el
volumen del mercado negro, los consumidores accederían a sustancias no
adulteradas y de calidad, se impediría el acceso a menores de edad, con lo que
además se reduciría la probabilidad de futuros malos usos de la sustancia, y
sería accesible para usuarios terapéuticos.
En la actualidad 35
asociaciones de la FAC son un Clubes Sociales de Cannabis establecidos o en
formación. Además la FAC presta asesoría sobre cuestiones técnicas y legales
relacionadas con el autocultivo colectivo. Como consecuencia de dicha labor
estimamos que existen del orden de 150 Clubes Sociales de Cannabis distribuidos
por todo el Estado Español y aproximadamente otros 200 en proceso de formación.
Fuente: http://www.fac.cc